Desde que comenzó el problema de
desabastecimiento de rubros importantes de alimentos en Venezuela, el
tema de los verdaderos costos de producción y distribución, así como el
excesivo control de precios ha sido analizado por especialistas
vinculados a los diferentes sectores económicos del país, que se han
visto afectados por esta realidad. En tal sentido, el rubro de la pasta
ha formado parte de esa interminable lista de alimentos que escasean,
aunque la situación se ha vuelto intermitente. La producción de este
rubro, implica un proceso complejo, que va desde la producción de trigo
hasta procesamiento y distribución de la misma.
Como consecuencia del paro
petrolero en Venezuela, surge cierto desabastecimiento de pasta en el
primer trimestre del año 2003, debido a que la cantidad de trigo (insumo
importado) que era solicitado para la producción de harina utilizada en
la elaboración de panes, pastas y otros productos elaborados, se
encontraba por debajo del nivel requerido para ese año, puesto que
durante ese periodo se presentaron dificultades en la distribución del
trigo.
Leche, arroz, azúcar, pasta, huevos, algunos cortes de carne, pollo, aceites vegetales, harina de maíz y de trigo, granos y hasta sal, esta es una lista completa de compras, que desapareció de las despensas de los hipermercados y ultramarinos venezolanos. La que desespera a las amas de casa del país, que buscan los productos, cada vez más escasos, que constituyen la dieta básica de los ciudadanos y en ciertos casos, aportan las proteínas vitales para la subsistencia.
Leche, arroz, azúcar, pasta, huevos, algunos cortes de carne, pollo, aceites vegetales, harina de maíz y de trigo, granos y hasta sal, esta es una lista completa de compras, que desapareció de las despensas de los hipermercados y ultramarinos venezolanos. La que desespera a las amas de casa del país, que buscan los productos, cada vez más escasos, que constituyen la dieta básica de los ciudadanos y en ciertos casos, aportan las proteínas vitales para la subsistencia.
Cada vez hay mayor
escasez, según señala Luis León, director de Datanálisis, una firma
encuestadora privada que analiza semanalmente los índices de
desabastecimiento en los anaqueles de los comercios. Un venezolano
emplea de promedio ocho horas al mes para hacer la compra, contra dos
horas en el 2002, según el director de Datanálisis; y el índice de escasez (calculado sobre una cesta de 60
productos básicos) es del 25%. Es decir, que en los anaqueles faltan
quince artículos de forma casi total. Estas dos cifras «no tienen
precedentes» en la historia económica del país, señala León.
A la leche, tanto fresca como en polvo, cuya oferta es cada vez más exigua, se sumaron después el azúcar, los aceites vegetales, la harina de maíz (con la que se preparan las arepas, el plato nacional) la carne, los huevos y el pollo, que en un principio tenían ciertos cortes regulados y otros de precio libre, y que posteriormente fueron controlados en todas sus presentaciones, así como los granos, proteínas muy apreciadas por su bajo coste.
Las más recientes en las listas de desaparecidos son las pastas y el arroz. Las pastas, indispensables en la dieta de los más pobres por su precio, se han visto afectadas por el alza que ha llevado la tonelada de trigo de 2.000 a 5.000 euros en los últimos seis meses. Venezuela, por su clima de trópico, no produce este cereal, pero su consumo es de 75.000 toneladas mensuales.
El aumento del precio del trigo en el mercado internacional en más de 227%, al pasar de 220 dólares la tonelada al cierre de 2006 a 740 dólares esta semana, mantiene en alerta a las industrias que procesan pasta, pan y otros derivados del cereal.
El alto costo de la materia prima, aunado a que los precios del producto terminado se mantienen congelados en 1.740 bolívares el kilo desde noviembre de 2004, ha hecho que la estructura de las industrias se venga al piso.
Un reporte de las procesadoras de pasta indica que la producción de este alimento se redujo 40% en el último mes, de allí que escasee el producto en los supermercados y abastos, principalmente la presentación de un kilogramo.
A la leche, tanto fresca como en polvo, cuya oferta es cada vez más exigua, se sumaron después el azúcar, los aceites vegetales, la harina de maíz (con la que se preparan las arepas, el plato nacional) la carne, los huevos y el pollo, que en un principio tenían ciertos cortes regulados y otros de precio libre, y que posteriormente fueron controlados en todas sus presentaciones, así como los granos, proteínas muy apreciadas por su bajo coste.
Las más recientes en las listas de desaparecidos son las pastas y el arroz. Las pastas, indispensables en la dieta de los más pobres por su precio, se han visto afectadas por el alza que ha llevado la tonelada de trigo de 2.000 a 5.000 euros en los últimos seis meses. Venezuela, por su clima de trópico, no produce este cereal, pero su consumo es de 75.000 toneladas mensuales.
El aumento del precio del trigo en el mercado internacional en más de 227%, al pasar de 220 dólares la tonelada al cierre de 2006 a 740 dólares esta semana, mantiene en alerta a las industrias que procesan pasta, pan y otros derivados del cereal.
El alto costo de la materia prima, aunado a que los precios del producto terminado se mantienen congelados en 1.740 bolívares el kilo desde noviembre de 2004, ha hecho que la estructura de las industrias se venga al piso.
Un reporte de las procesadoras de pasta indica que la producción de este alimento se redujo 40% en el último mes, de allí que escasee el producto en los supermercados y abastos, principalmente la presentación de un kilogramo.
En la
actualidad estamos pasando por una crisis ya que en nuestros mercados no
conseguimos muchos alimentos de primera necesidad como lo son: Leche,
carne, harina, huevos, pasta, entre otros, esto se debe a la baja
producción que hay en el país, a la demanda tan alta de alimentos que
existe y de no encontrar diversidad de productos, también se debe a unas
políticas que esta aplicando el gobierno, tomando en cuenta el control
de precios hace que la escasez alimenticia, que actualmente confrontamos
los venezolano sea un régimen en su propósito de sustituir el
capitalismo y construir el “socialismo del siglo XXI” (Que hasta ahora
nadie sabe su definición epistemológica) ha expropiado por la vía de la
fuerza (Ejercito y Guardia Nacional) fundos, fabricas, frigoríficos, y
todo lo que en su criterio entorpezca la construcción del “socialismo
del siglo XXI y el desarrollo endógeno”; paralelo a ello, amenaza a
pequeños comerciantes y distribuidores de despojarlos de su fuente de
trabajo y mantenimiento de su familia, acusándolos de acaparadores y
especuladores.
Esta conducta del régimen, aunada a la sobre valuación de la tasa de cambio y el control de precios, incentiva las importaciones de alimentos y desincentiva la producción interna, lo que contribuye al desabastecimiento. Deberá el ejecutivo tomar conciencia e invertir más en nuestro país, producir mas fuentes de trabajo, abrir nuevas empresas e incentivar a nuestros productores para que trabajen más, ya que un incremento de la demanda agregada produce a su vez un incremento en la producción y en el empleo y realmente eso es lo que necesitamos ya que en nuestro país hay mucho que producir y explotar.
Esta conducta del régimen, aunada a la sobre valuación de la tasa de cambio y el control de precios, incentiva las importaciones de alimentos y desincentiva la producción interna, lo que contribuye al desabastecimiento. Deberá el ejecutivo tomar conciencia e invertir más en nuestro país, producir mas fuentes de trabajo, abrir nuevas empresas e incentivar a nuestros productores para que trabajen más, ya que un incremento de la demanda agregada produce a su vez un incremento en la producción y en el empleo y realmente eso es lo que necesitamos ya que en nuestro país hay mucho que producir y explotar.
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